En España, debido a su vasta historia y cultura,existen más de una veintena de cementerios que están incluidos en la Ruta Europea de Cementerios. No solo están repletos de tumbas de personajes y artistas famosos, sino que existen algunos monumentos funerarios de lo más extravagantes, bellos y sorprendentes. En estas vacaciones,para los más atrevidos, existe un circuito que es imperdible.
En esta notate contaremos que cementerio debe ser visitado si o si, y te guiaremos por los mejores lugares.
El cementerio de Valencia
Dentro de la Comunidad Valenciana existen los paseos por la “ciudad de los muertos”. El Cementerio General de Valencia no solo llama la atención por su arquitectura y arte, sino que todas las miradas se la lleva la pirámide de la Familia Llovera, una construcción de formas neo-egipcias del camposanto.Por otro lado, también posee el Patio de los Pórticos o de las Columnas, el cual está formado por 170 columnas dóricas construidas en el año 1880. Dentro del cementerio se realizan visitas guiadas por las principales muestras de arte arquitectónico y las tumbas de reconocidos personajes.
El Cementerio General de Valencia tiene su origen en las medidas tomadas en la Real Cédula de 3 de abril de 1787 por el gobierno de Carlos III de España para atajar los numerosos problemas sanitarios ocasionados por los enterramientos en las iglesias durante el siglo XVIII, y en la que se prohibía los enterramientos intramuros.Hasta la construcción de esta nueva instalación la ciudad de Valencia tenía trece cementerios intramuros, cada uno correspondiente a una parroquia y además también contaba con los cementerios conventuales, además de las sepulturas instaladas en el interior de ciertas capillas, claustros o en el interior de templos, e incluso bajo criptas subterráneas, destacando las dos existentes debajo de la Catedral de Valencia o en las iglesias de los Santos Juanes, la de la Iglesia del Carmen (que contaba con una cripta en el propio templo y otra en la capilla de la Tercera Orden; la de los templos Trinitarios (los descalzos en el Templo de Nuestra Señora de la Soledad, los calzados en la del Remedio; ambos templos desaparecidos); la de San Juan del Hospital…3
Los encargados del proyecto fueron los arquitectos municipales de Valencia, Cristóbal Sales y Manuel Blasco. Las obras de su construcción empezaron en julio de 1805, siendo inaugurado en el año 1807. El estilo formal del cementerio es neoclásico.
En el cementerio se pueden admirar numerosos panteones y esculturas de estilo modernista valenciano y ecléctico de indudable valor arquitectónico y artístico, realizados por arquitectos y escultores de renombre.5
En un primer momento estaba formado por un recinto rectangular de unos 3.200 m² destinado a fosa común, murado, con un único acceso, constituido por una puerta centrada en su muro Este, que interiormente daba a un paseo central, que dividía el espacio en dos cuadros, finalizado en una capilla, situada en el fondo, adosada a su muro Oeste.1
En 1808 se construyen los primeros pabellones de nichos, dispuestos alrededor del conjunto y tras la Iglesia, de forma que se mantenía en el centro del recinto el espacio para sepulturas. Tras el alzamiento contra los franceses, el cementerio fue abandonado y convertido en corral para ganado. En 1811, una denuncia del Ayuntamiento dio lugar a su rehabilitación por parte del Arzobispado.1
La primera ampliación del cementerio general se realizó en el año 1860, hacia el oeste, quedando la capilla exenta y en el centro del conjunto. Se amplió el número de manzanas de nichos y en los cuadros, a partir de la construcción de los dos primeros panteones (Juan Bautista Romero, en 1846, y Virginia Dotres, en 1851) comenzó a generalizarse la construcción de monumentos y mausoleos para las familias adineradas de la ciudad.1
Las ampliaciones continuaron hacia el sur con la construcción, en 1880, del “patio de las columnas”, denominado así por encontrarse circundado por un pórtico dórico de 170 columnas proyectado por los arquitectos J. Calvo, L. Ferreres y J. Arnau. En el centro de este patio se levantó la “cruz del cólera”, de Antonio Ferré (1892), quedando el espacio central dividido en cuatro cuadros destinados a panteones. A esta ampliación siguió la sala de espera (1886) y el Cementerio Civil (1892), al sur, y el “patio de las palmeras” (1907) al norte.1
Partiendo de los planos disponibles de Cartografía histórica de la ciudad de Valencia (1704-1910), la primera referencia cartográfica al cementerio general de Valencia aparece en los planos elaborados por el ejército francés, bajo el mando del Mariscal Suchet, durante las campañas militares de 1812 ( “Plan de Valence asfiegeé et prise le 9 Janvier 1812 par l’Armeé Française d’Aragon aux ordres de S.E. Le Marechal Suchet, Duc d’Albufera.”). Posteriormente, su configuración inicial se recogerá en el “Mapa de la ciudad de Valencia del Cid hasta una legua en contorno de ella”, de Cristóbal Sales, realizado en 1821, y en el “Plano de Valencia y sus alrededores”, realizado por el ejército en su Campaña Topográfica de 1882. En estos planos se localiza sobre el territorio la situación de los terrenos del cementerio, pero su configuración espacial y arquitectónica se trata de una forma muy aproximada.1







Es en los planos catastrales de 1929-1945 donde se recoge con detalle su configuración precisa, grafiándose el cementerio primitivo, su primera ampliación, el patio de las columnas y la primera fase del cementerio civil, así como las secciones 3a, 4a derecha, 5a y 7a, proyectadas según la tipología claustral utilizada en el patio de las columnas, incluido el porticado circundante que nunca llegó a construirse. El linde Oeste del cementerio es la acequia de Favara y, hasta este límite, el espacio no ocupado por sepulturas es destinado a sala de autopsias, horno crematorio, depósito de materiales y terrenos de reserva para su futura expansión.1
Durante las décadas de 1950-1970 se ejecutaron nuevas ampliaciones del cementerio hacia el oeste y hacia el sur, siguiendo el terraplén del ferrocarril que discurre paralelo al nuevo cauce del río Turia. Con la aprobación, el 28 de diciembre de 1988, del Plan General de Ordenación Urbana de Valencia, las últimas ampliaciones se han producido hacia el norte, dando lugar a la construcción de nuevos bloques de nichos sobre el antiguo Camino de Mandingorra y hasta el actual Bulevar Sur.
Cementerio municipal de San Froilán en Lugo
El cementerio municipal de San Froilán en Lugo, se encuentra ubicado en la región del norte de España, y es uno de los más visitados por los turistas que buscan una experiencia diferente. Data del año 1813 y está dividido en tres zonas: la religiosa, la civil y la británica. En su interior hay mucha simbología celta y majestuosos ejemplos de neoclasicismo. Abundan los monumentos colectivos y se encuentran más de 200 personajes ilustres de distintas épocas. En este sitio, descansa la hermana más pequeña de Pablo Picasso.
La riqueza india de Asturias
En 1890 fue inaugurado, en la ciudad de Avilés, el cementerio municipal de La Carriona. Cientos de personas al año se acercan a sitio a ver uno de los museos a cielo abierto que existe. Dentro del mismo, se halla un Centro de interpretación donde se organizan visitas guiadas para conocer su historia y valor artístico. A diferencia de otros cementerios, este es reconocido por su riqueza. Esto se debe a que los indianos (emigrantes que regresaron de América) plasmaron toda su recaudación en sus sepulturas y monumentos escultóricos.
La tumba de la famosa Carmen Amaya
El cementerio de Ciriego de Santander fue construido por los mejores arquitectos y escultores de la zona. Este bello lugar de “descanso” se encuentra mirando al mar, y fue inaugurado en 1893 y es una clara referencia a lo que era el arte funerario a finales del siglo XIX. Al igual que otros cementerios de renombre, este cuenta con visitas guiadas, donde se cuenta la historia del lugar y se le permite conocer a los turistas sus esculturas y obras funerarias más destacadas. Entre los personajes ilustres más importantes, se destaca la famosa artista Carmen Amaya.
Los cementerios del País Vasco
El cementerio municipal de Bilbao está situado entre Derio y Zamudio. A diferencia de otros cementerios, en este, su entrada nos adelanta que se podrá ver dentro. Este es uno de los principales conjuntos de arte funerario de España. Cuenta con 90 panteones y capillas diseñadas con un estilo modernista y neogótico. Además, cuenta con piezas arquitectónicas impresionantes. Dentro de la Donostia-San Sebastián está otro cementerio icónico llamado Polloe. Este fue inaugurado en 1878 y es el principal de los tres que tiene la ciudad. Su composición es relacionada con las divisiones sociales de la época. Las personas más adineradas se encuentran al frente del cementerio.
El cementerio de La Almudena de Madrid: uno de los más grandes de Europa
La Almudena de Madrid fue creado en 1884 y es uno de los cementerios más grandes de toda Europa. Cuenta con 120 de extensión y casi 5 millones de sepulturas. Este está subdivido en religiones y países de origen, según como lo desearán las personas. Hay hasta un cementerio hebreo. Debido a su extensión, se ofrecen visitas guiadas de diversos estilos: para recorrer las tumbas de las grandes figuras del espectáculo y para observar las muestras artísticas de estilos muy diversos como neogótico, neoclásico, neorrománico. Entre los personajes más destacados están: Lola Flores, Benito Pérez Galdós o Santiago Ramón y Cajal, entre otros.
El cementerio que cumple deseos en Cataluña
Cataluña cuenta con diez cementerios dentro de su región, convirtiéndose así en una de las rutas más populares en esta temática. Mayormente, todos son de estilo modernista. La gran mayoría ofrecen visitas guiadas para conocer el patrimonio cultural. Dentro de Barcelona habitan dos de ellos: el cementerio de Poble Nou y el de Montjuïc. En el primero de estos, abundan los mausoleos y las esculturas de gran procedencia artística. Entre las tumbas más visitadas está el nicho del llamado “santet del Poblenou”, un joven que fallecido en 1899 y que, según una leyenda popular, concede todo tipo de deseos.
Cementerio de Andalucía: un lugar con sorpresas
Cuando hablamos de cementerios sorprendentes, no podemos dejar de mencionar el de Andalucía. En esta región se destacan cuatro camposantos sorprendentes. Dentro de Córdoba se halla el cementerio de Nuestra Señora de la Salud, el cual fue construido en 1811 junto a la ermita que lleva el mismo nombre. En el interior de este, descansan grandes figuras de la historia como Manolete. A tan solo 65 kilómetros está cementerio de Monturque, el único de España declarado Bien de Interés Cultural.
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