Es común a la mayoría de festejos, el que antes de comenzar estos se realice un acto de comunicación del inicio de la fiesta y de los actos programados para la misma. En las Fallas existe este mismo elemento, sólo que recibe un nombre especial, la «crida», o dicho de otra manera la «llamada» que se hace a través de bando o pregón por las calles, para que todo el vecindario conozca los diferentes actos que se van a llevar a cabo.
Presumiblemente el hecho en si del pregón, debería haber desaparecido en el mismo momento que la comunicación oficial con el vecindario y los propios medios de comunicación, tanto oral como escritos cambiaron. El pregón y el pregonero, dando de viva voz el bando hace años que desapareció de la mayoría de pueblos y ciudades del país; no obstante es un acto que permanece casi en todos los festejos y que cobra especial interés por lo multitudinario que resulta.
La Crida permanece dentro del calendario festivo fallero, teniendo una evolución tanto en la forma como en el escenario en el que se realiza una peculiar evolución.
En 1931, las fallas que se plantaron en Valencia fueron 80 y se instituyó en este año el acto de la Crida, aunque no tuvo continuidad. Este acto se iniciaba aquel año a las siete de la tarde del día 15 de marzo, invitando a la fiesta. Diferentes bandas de música recorrerán las calles de Valencia y un pregonero al frente irá lanzando de viva voz una proclama invitando a vivir la fiesta. Todos concluirán en la entonces plaza de Emilio Castelar, hoy del Ayuntamiento y se lanzaran carcasas y cohetes y a los acordes del himno de la «Región» se izaron en el balcón del Ayuntamiento las banderas «Senyera» y la nacional.
Hasta 1942 no volveremos a encontrar acto semejante. En este año, desde el balcón del Ayuntamiento se hace un pregón, sería el primero de estas características y se realizó el 13 de marzo a mediodía y suponía una invitación del presidente de la Junta Central Fallera a vivir la fiesta fallera. El texto del pregón es en lengua castellano, eso sí empleando en él el valenciano especialmente en aquellas frases a las que se quería imprimir un poco de sarcasmo e ironía. Este mismo acto se repetiría en el año siguiente, pero esta vez con la novedad de ser retransmitido también por radio. En el balcón, la fallera mayor Elvira Gómez Trénor estará presente, junto al alcalde y el presidente de la Junta Central Fallera, con ellos, actuará de pregonero el actor cómico Julio Espí.
El balcón del Ayuntamiento será en 1944 sustituido por un pollino, a lomos del cual, un actor de sainetes hará las veces de pregonero recorriendo las calles mientras en verso repetía:
«se fa saber a la chent
de Valencia y forastera
que de ordre del president
comensa en este moment
la gran Semana Fallera.»
Por coincidencia con el «Día de los Mártires» en los que había programada una gran manifestación, el acto de la Crida en 1946, tiene que ser desplazado al día 11 de marzo. Este día a las cuatro de la tarde y se sustituye el rústico pregonero a lomos de un burrito, por un caballero de gola y ropilla que monta un vistoso caballo y a diferencia también de aquel, éste no lee aquellos versos, sino una prosa castellana con invitación a participar de la fiesta fallera. No obstante el alcalde también hablará desde el balcón del Ayuntamiento, era de riguroso necesario, dado que en aquel año se vivía una importante crisis agrícola que se había agravado con una imponente helada. El alcalde tenía que explicar no sólo a Valencia sino a España entera, porqué Valencia tenía que seguir, pese a todo, con la fiesta fallera.
El 12 de marzo de 1947 se inicia la fiesta fallera con una cabalgata, en la que desfila la Senyera, los gremios, coches con falleras y los 127 legionarios músicos de la Banda de la Legión que el Ayuntamiento ha contratado. Al finalizar, discursos de Clemente Cerdá y Antonio Aparisi, vicepresidente y presidente respectivamente de la Junta Central Fallera. Después, el actor Manolo Haro leerá en varias esquinas de la ciudad el texto de la Crida, recordando al antiguo pregonero.
Adolfo Cámara presidirá en 1948 la Junta Central fallera y junto a él, el 12 de marzo en el balcón del Ayuntamiento estarán la Fallera Mayor María Luisa Martínez-Vallejo Manglano y el alcalde José Manglano. Hacen los tres el llamamiento a la fiesta fallera y el acto se cierra con una actuación de la Banda de Música de la Academia General Militar, invitada por el Ayuntamiento para acompañar todo el programa fallero de este año.
En 1949, la Crida será el día 11 de marzo. La Fallera Mayor Margarita Casanova y el alcalde y el vicepresidente de la Junta Central Fallera hablan por Radio Valencia. Al día siguiente y al término de un desfile amenizado por la Banda de Música de la Academia General Militar de Zaragoza, el pregón emitido el día antes por Radio Valencia, se repite desde el balcón del Ayuntamiento, frente al cual se ha congregado gran cantidad de gente.
El nombre de pregón desaparecerá en 1951, pasándose a llamarse Crida. En este año ya no habrá discursos proclamatorios desde el balcón del Ayuntamiento.
En 1952, el alcalde de Valencia Baltasar Rull anuncia a los periódicos que este año la Fallera Mayor de Valencia será María Rosario Violante Ferrandis-Luna y Alvarez de Toledo, hija de los marqueses de Valverde. Posiblemente la condición aristocrática de la Fallera Mayor, imprimirá sustanciales cambios en el acto de la Crida. En ella. (una especie de cortejo nupcial), desfilan coches, la Senyera acompañada por hombres disfrazados de Cavallers del Centenar de la Ploma y el alcalde y las falleras mayores se pasean en auténticas carrozas de época. La gente que contempla el desfile quedan pasmados frente a la magnitud del acto y sobretodo en a contemplación de las carrozas procedentes de las familias Llanera, Boil y Dos Aguas.
El acto de arranque de las fiestas falleras, llamado anteriormente pregón y ya desde 1951 llamado por el mismo nombre que hoy lo conocemos, Crida, pasa a celebrarse en 1954 en las Torres de Serranos. Dado que el marco en general y el edificio en particular se presta a ello, la Crida, los componentes de Junta Central y adeptos más próximos se disfrazarán y harán de comparsa decorando con su presencia el acto al estilo del antiguo Consell de la Ciutat. Alabarderos, bengalas y antorchas, alumbrarán torres y escaleras. Clemente Cerdá, presidente de la Junta y Maria Miguela Carpi Cañellas, invitan a todo el mundo a vivir las fallas. Toda la gente y comisiones congregados frente a las Torres de Serranos viven el acto bulliciosamente y tras él, una comitiva se dirige al Ayuntamiento a invitar personalmente al alcalde a participar en las fiesta. En este año, el alcalde no quiso participar en la Crida y esperó seguramente en su despacho, la llegada de la comitiva.
El 11 de marzo de 1955 se repetirá el acto. Una comitiva disfrazada con aires medievales arrancará a las siete y media de la tarde, desde el puente de la Trinidad hasta llegar a las Torres de Serranos, se ofrece al público allí congregado el «pregón» y vuelta como el año anterior al Ayuntamiento a invitar personalmente al alcalde, que este año tampoco participaba en el llamamiento. El alcalde los recibe, en la plaza se dispararán tantas carcasas como días tiene la fiesta fallera, más de 150 comparsas representando a los brazos militar y civil presentan un cuadro cada vez más alejado de aquella sencilla popularidad con que nacieran estas fiestas. En 1956, el acto de la Crida será también en marzo, pero este año será martes y trece. Se repite el mismo aparataje escenográfico de los dos años anteriores.
Trescientos sesenta y cuatro días después, el martes 12 de marzo de 1957, el alcalde si asistirá al acto de la Crida en las Torres de Serranos y se introduce una novedad, el alcalde Tomás Trénor Azcárragua, heredero del título de Marqués del Turia, entregará a la Fallera Mayor Sagrario Fernández de Córdoba Planells, como símbolo de su «soberanía fallera» unas simbólicas llaves de la ciudad.
Hasta el presente, el acto de la Crida se ha venido celebrando definitivamente en el marco de las Torres de Serranos y siempre ha contado con una gran participación de público, especialmente de comisiones falleras que con su estandarte acuden a la cita, deseosos del arranque de la fiesta fallera.
Fuentes Consultadas:
Puche, F.P. y Lladró, V.: Fallas en su tinta: 1939-1975. Prometeo. Valencia 1978.
Soler Carnicer, J. 500 años de Fallas (Cronología histórica de las Fallas de Valencia. Diputació de València. Valencia, 2000.
VV.AA. Historia de las Fallas. LEVANTE-EMV. VALENCIA 1990.Fotos cedidas por Carles Andreu y Enrique V. Santiago Ponce.