El hallazgo de un fémur humano en el pantalán del Puerto de Sagunto reabrió el caso de Loli Paul Sesé, desaparecida en 2019. Seis años después, su familia sigue esperando justicia mientras el principal sospechoso niega su implicación.
El hallazgo que reabrió una herida en Sagunto
La historia de Loli Paul Sesé, desaparecida el 22 de junio de 2019, sigue siendo una de las más sobrecogedoras de la Comunitat Valenciana. En mayo de 2023, unos obreros hallaron un fragmento de fémur derecho humano durante unas obras en el antiguo pantalán del Puerto de Sagunto.
Los análisis forenses confirmaron que pertenecía a Loli, reabriendo una investigación que había quedado estancada. Seis años después, el caso continúa sin acusaciones firmes, y el Juzgado de Instrucción número 5 de Sagunto mantiene abierta la causa por su muerte.
Una desaparición envuelta en contradicciones
La hija menor de la víctima, Alba, denunció su desaparición tres meses después, en septiembre de 2019. Su expareja, Francisco L. G., aseguró entonces que Loli se había marchado a Barcelona para trabajar cuidando personas mayores, una versión que nunca se pudo demostrar.
Las investigaciones posteriores revelaron que Loli estaba protegida por el programa de víctimas de violencia de género, tras sufrir varios episodios de maltrato por parte del mismo hombre. Francisco ingresó en prisión en noviembre de 2019 por quebrantar una orden de alejamiento, aunque la desaparición ocurrió meses antes.
El principal sospechoso lo niega todo
Francisco, de 68 años y residente en una residencia de mayores de Valencia, niega cualquier implicación en la muerte de Loli. En declaraciones a Las Provincias, admitió haberle dado “un empujón” que provocó una caída, pero restó importancia al hecho:
“Luego me dijo que se iba a Barcelona a trabajar. Pasaron los meses y pensé que estaba bien”.
El hombre trabajó durante años en una nave cercana al pantalán donde fue hallado el fémur, aunque afirma que no volvió al lugar con ella. Asegura que conocía a otros dos investigados —Ignacio “el Patachula”, ya fallecido, y Santiago, propietario de un terreno rastreado—, pero sostiene que la muerte de Loli “tuvo que ver con sus compañías”.
Una mujer marcada por la violencia y la vulnerabilidad
Fuentes cercanas a la familia describen a Loli como una mujer alegre pero golpeada por la violencia y la precariedad. Había pasado por momentos difíciles, con problemas económicos y emocionales. Su entorno asegura que se encontraba bajo el control psicológico y emocional de su pareja, y que había pedido ayuda en varias ocasiones.
Su hija, Alba, se ha convertido en la voz de una familia que no se rinde, exigiendo justicia y claridad:
“Queremos que se sepa la verdad y que quien le hizo esto pague por ello”.
El caso sigue sin resolverse
Pese a los avances y al hallazgo del hueso, ninguno de los tres investigados ha sido imputado formalmente. La falta de pruebas directas impide abrir juicio, aunque los investigadores mantienen abiertas todas las líneas de trabajo.
El juez es consciente de que una acusación sin pruebas sólidas podría derivar en una absolución, por lo que la instrucción avanza con prudencia. Mientras tanto, el dolor de la familia aumenta con cada año que pasa sin respuestas.
Una herida que Sagunto no olvida
El caso de Loli Paul Sesé ha reabierto el debate sobre la eficacia del sistema judicial y policial en los casos de violencia machista y desapariciones. Las asociaciones feministas reclaman más coordinación entre cuerpos de seguridad y juzgados, así como una atención más ágil a las víctimas.
El antiguo pantalán de Sagunto, donde apareció el fragmento de fémur, se ha convertido en símbolo del recuerdo y la lucha. Allí, cada año, familiares y vecinos depositan flores en memoria de Loli, recordando que la justicia aún está pendiente.
📍 Fuentes: Informativos Telecinco, Las Provincias, Levante-EMV, Juzgado de Instrucción nº5 de Sagunto
📅 Fecha de publicación: 14 de octubre de 2025
✍️ Redacción: Valencia Noticias / Locos por Valencia