En marzo de 1812 apareció publicado en un periódico de la época que el mariscal de Suchet había encargado al barón Louis-Beonît Robert, mano derecha de Suchet, flamante mariscal de Francia gracias a su triunfal campaña en Tarragona, que buscará un mapa de la Huerta de Valencia por todas partes; y no lo encontraron». Un mapa de la huerta al uso no; el suyo, el que tiene todos los nombres de todas las alquerías.
Aunque había un error en la impresión, ya que databa el plano en 1595 y no en 1695, que era la fecha correcta. De los 140 ejemplares impresos en 1697, sólo quedaba uno: el que llegó a manos de Huguet. Los otros habían sido destruidos por los valencianos para evitar que cayeran en manos de los franceses.
No hay en las memorias de Suchet una referencia concreta a este plano. Sí que las hay al barón Robert. Al menos once. En una de ellas, Suchet deja escrito de él que sus «talentos y capacidad había tenido de antemano frecuentes ocasiones de conocer y de apreciar». Es decir, que Suchet no encargó la operación a cualquiera, sino a uno de sus mejores hombres.
«Buscaron por todas partes y no lo encontraron. El mariscal Suchet con todo su poder no consiguió localizar ninguno. ¿Por qué?», se pregunta Huguet. La respuesta de la historiografía tradicional había sido que los planos no habían aparecido porque se destruyeron. Eran demasiado valiosos como para caer en manos del enemigo. Ardieron en chimeneas, en hogueras improvisadas…
De hecho ya estuvo a punto de suceder algo parecido con el plano de Valencia del padre Tosca durante la Guerra de Sucesión. El estudioso valenciano lo escondió en su celda temeroso, en su caso, de que la obra fuera utilizada por las tropas del Archiduque Carlos. Hasta que las tropas de Berwick no tomaron la ciudad de Valencia para la causa de Felipe V, el plano estuvo escondido. Sólo entonces salió y Tosca, acompañado de José Vicente Ortí y otros señores de la época afines a la causa borbónica, se lo llevó al infame Melchor Rafael de Macanaz.
El mapa es propiedad de José Huguet, miembro de la Societat Bibliogràfica Valenciana Jerònima Galés. Destaca por varias singularidades. Una de ellas, llamativa, ha dado lugar a una confusión que se ha extendido durante siglos. En la esquina inferior derecha se puede leer: «Ascensio Duarte lo hizo en Valencia en el año 1595». Es un errata. La posterior investigación realizada por un historiador de la Universitat de València, Alfredo Faus, comprobó que la fecha es errónea. Sólo por ese detalle, ya sería una curiosidad.
Pero es que además, Huerta y contribución de la ciudad de Valencia, obra del jesuita Francisco Antonio Cassaus (1656-1699), es un plano casi mítico porque se daba por perdido. El motivo, que durante años todos los hombres de Napoleón presentes en Valencia no pudieron encontrarlo. Cuando el mariscal Luis Gabriel Suchet (1770-1826) tomó la ciudad de Valencia en 1812, ordenó su búsqueda, con infructuosos resultados.
Francisco Antonio Cassaus murió en 1699, en Valencia, dos años después de la impresión de su plano de la Particular Contribución de Valencia que con tanto denuedo buscaron los franceses. Es prácticamente un desconocido en su pueblo natal.
El plano no es precisamente el del padre Tosca. Si se codiciaba no era por su exactitud geográfica, Morella está más cerca de Valencia que Torrent por citar un ejemplo, sino porque en él se detallan las diferentes poblaciones dependientes de Valencia, así como los antiguos caminos. Era la guía perfecta… del recaudador de impuestos.
Valencia, 1697. El plano de la Particular Contribución de Valencia de terminó en 1694 pero no se imprimió hasta 1697. 55 libras y 9 sueldos valencianos cobró Cassaus como honorarios por su trabajo. El resultado de un año de esfuerzo se tradujo en un plano de 487 x 681 mm. Su escala era aproximadamente 1:25.000. Cassaus no empleó muchos signos, ni tampoco consignó muchos edificios importantes, más allá del propio Palacio Real, la Torre de Paterna, el puente de piedra del Grau o la ermita de la Virgen de los Desamparados del Carraixet en Tavernes Blanques. El plano era de lectura accesible. No era preciso ser un experto para poder seguirlo. Y era bastante riguroso. De ahí el interés de los franceses. Era el mapa efecto para un recaudador de impuestos. Se imprimieron 140 ejemplares.
No se encontró entonces, para castigo de las arcas napoleónicas, y su hallazgo ahora sorprende. «Es una cosa increíble», según asegura el presidente de la Societat Bibliogràfica Valenciana Jerònima Galés, Rafael Solaz. Realmente, el hallazgo como tal tuvo lugar hace décadas, cuando Huguet lo adquirió. Pero entonces él no sabía su valor.
«Era como un inventario de las barracas y alquerías de los alrededores de Valencia», Huguet.
La lógica invita a pensar que eso mismo sucedió con el plano de Cassaus. Los propietarios valencianos de sus 140 codiciadas copias las habían quemado o se habían quedado ocultas en algún sitio perdido. El caso es que se le daba por desaparecido. Pero no. Quedaba uno. Uno que un día uno de los vendedores habituales de Huguet se lo ofreció al coleccionista. El azar ha querido que se vuelva a saber de él, 202 años después de su estéril búsqueda. Y lo ha hecho con motivo de una festividad, el veinte aniversario de la sociedad bibliográfica Jerònima Galés. Un cumpleaños que ha tenido regalo.
Valencia, 1695.
El padre Cassaus tenía 39 años. Había nacido el 3 de marzo de 1656 en Guadalcanal. Ingresó en el noviciado el 5 de mayo de 1674. Antes de llegar a Valencia había sido profesor de retórica y filosofía y rector de la Casa de la Compañía de Jesús en Alcalá de Henares. En 1690 llegó a Valencia con el virrey. Su pasión por la cartografía había nacido por el contacto con los cartógrafos portugueses de la corte del marqués. En aquel tiempo eran los más reputados del mundo. Cassaus era hombre laborioso y poco amigo de tertulias, pese a que en Valencia había gente interesante como Baltasar de Íñigo, sacerdote y doctor en teología, o como el padre Tomás Vicente Tosca, o como el deán Manuel Martí… Todos hombres de fe y de espíritu curioso. También estaban el jesuita José Zaragoza y sus discípulos Félix Falcó, José Vicente del Olmo. Y también estaba José Bautista Corachán, teólogo, catedrático de la Universidad de Valencia y secretario del Tribunal de la Santa Inquisición. Toda gente formidable. Pero Cassaus era hombre callado. Poco amigo de cenáculos. No se dejaba ver con facilidad. Prefería el estudio, la oración y sus mapas.
El mapa de la Particular Contribución de Valencia, en el que aparecían detalladas todas las huertas cercanas a la ciudad y todos los arrabales que habían surgido en los últimos decenios ya estaba terminado. No era el primer plano que elaboraba este laborioso y concienzudo sacerdote jesuita. En 1693 había delineado el mapa del Reino de Valencia. una actualización del que realizara Pedro de Texeira en 1651. Se lo había encargado el marqués de Castelo-Rodrigo, virrey de Valencia, a cuyo servicio estaba Cassaus como capellán. El marqués necesitaba esa carta para poder reorganizar las guarniciones militares de la provincia tras los disturbios de la Segunda Germanía en Valencia, ocurridos en julio de 1693. Después le había pedido que realizara un nuevo plano. La ciudad había crecido extramuros y había que consignar las nuevas edificaciones, caminos y delimitación de tierras. Cassaus había cumplido ya con este segundo encargo del marqués. No sin esfuerzo, pues el trabajo de campo requería mucha dedicación y tiempo.
El Reyno de Valencia dividido en svs dos gobiernos que son Valencia y Orihvela y dos Tenencias, que son Xátiva y… (a 4 de junio de 1693)
La reedición de la HUERTA Y CONTRIBUCIÓN DE LA CIUDAD DE VALENCIA tiene el significado de recuperar un plano de la ciudad y su entorno más próximo que hasta hace no muchos años era desconocido. En efecto, hasta la exposición Cartografía Valenciana (Siglos XVI-XIX), que tuvo lugar en el Centre Cultural la Beneficència entre el 16 de abril y el 1 de junio de 1997, el plano no había sido visto y se daba por desaparecido. El ejemplar expuesto –procedente del archivo de José Huguet- es el mismo utilizado ahora para realizar una nueva tirada de 157 copias numeradas, como se hizo en la primera
edición de 1695 con 140 copias. Fue estudiado por el profesor Alfredo Faus y el archivero Francesc Torres, pero no aparece mencionado en ninguna de las tres obras más difundidas sobre cartografía de la ciudad, las de José Mª Herrera et alii (que comienza con el de Tosca de 1704), Vicente García Edo, y los arquitectos Amando Llopis y Luis Perdigón.
Este plano fue precedido de un mapa del reino del mismo autor titulado El reyno de Valencia dividido en sus dos gobiernos que son Valencia y Orihuela y dos Tenencias, que son Xativa y Castellon, finalizado en junio de 1693 y cuya finalidad era militar como muestra la dedicatoria al virrey en la cartela, mapa que fue estudiado en 1988 por el profesor Vicenç M. Rosselló. Un año después, en 1695, el jesuita Cassaus realizó por encargo de los jurats de la ciudad de Valencia este Plano de su Huerta y Particular Contribución con el fin de tener información cartográfica fiable sobre el territorio del cual recibía la
ciudad diversos impuestos. Su confección obedeció, por tanto, a una necesidad de control fiscal de los contribuyentes de la huerta que rodeaba Valencia. El editor fue Ascensi Duarte (o Duart), del que sabemos que era impresor y comerciante de libros, además de perceptor de sisas por arrendamientos de la huerta. El pleno del Consell municipal acordó su publicación el 29 de mayo de 1694 y costó 55 libras y 9 sueldos valencianos. Salió a la luz pública en 1695, pero por un error del grabador aparece el año 1595, lo que ha dado lugar a más de una confusión.
El autor fue el jesuita extremeño Francisco Antonio Cassaus (1656-1699), que residió en Valencia cuando el marqués de Castelo-Rodrigo, de origen portugués, fue nombrado virrey de Valencia (1690-1696). Predicador y consejero del virrey, residió al parecer en el propio Palacio Real del cap i casal del reino, aunque no se conocen relaciones con los personajes notables de la Valencia de la época.
Se desconoce el autor del grabado. Tampoco es segura la atribución de impresor, que para el profesor Alfredo Faus, quien mejor ha estudiado este plano, podría ser Jaime Bordázar o su hijo, Antonio Bordázar, cartógrafo o mapista reconocido y un novator muy interesado por la ciencia moderna.
El plano es un grabado calcográfico de gran calidad estética, con unas dimensiones de 487 x 681 mm. La escala, poco frecuente en los mapas y planos de la época, es de 1:23.800 expresada en leguas valencianas, cada una de las cuales equivalía a entre 6.037 y 6.040 metros. No tiene leyenda propiamente dicha, pero sí dos cartelas. En la superior izquierda aparece a quien se dedica, lo que muestra la estrecha relación del editor con los Jurats de la ciudad, es decir con el gobierno municipal.
Dice lo siguiente: HUERTA Y CONTRIBUCIÓN/ Particular de la Ciudad de Valencia que ofrece a la misma Ciudad y en su lugar/ a los Señores Jurados D. Phelippe Martinez de la Raga, Domingo Creus Garses, Don/ Phelippe Cruelles Sanz de la Llosa, Thomas Guelda, Juan Bautista/ Albert de Esparza, Pedro Pasqual Zuars y Bustamante /Alexos Llobregat, Racional, y oseph Perez y Sanchis, Sindico/ El P. Francisco Antonio Cassaus, de/ la Compañía de Jesus. La otra cartela figura al pie en el ángulo inferior derecho y dice: Ascensio Duarte/ la hizo en Valencia Año 1595 (sic).
La finalidad fiscal del plano quedó patente en 1812. Cuando el ejército napoleónico entró en la ciudad de Valencia el 14 de enero de 1812, tras el bombardeo que llevó a la capitulación del día 9, una de las primeras medidas que hizo el general Robert fue buscar este plano y no otro. En la sesión del cabildo catedralicio de 27 de enero de 1812, apenas dos semanas después de la entrada en la ciudad de las tropas francesas al mando del mariscal Suchet, se notificaba que se había recibido una petición del barón Robert, general de brigada, comandante superior y gobernador de la plaza de Valencia, en la que
solicitaba “un mapa de 1695 hecho por Ascensio Duart sobre la Huerta y Particular Contribución”, pero tras la búsqueda no lo encontraron (Archivo Catedral de Valencia, leg. 339, fol. 18r). Este dato, desconocido hasta hoy, más el que continúe desaparecido en dicho Archivo el plano de Cassaus, muestra el interés y valor de su información para un ejército ocupante muy preocupado por el control del territorio y la imposición de duras cargas fiscales que azotaron al pueblo valenciano durante el año y medio que permanecieron las tropas de Suchet en la ciudad. Porque aquel mismo día 27 de enero hubo junta en la ciudad para el reparto de la contribución extraordinaria de 200 millones de reales, que el propio Napoleón había decretado al reino de Valencia por la matanza de franceses de junio de 1808. Pero el plano no estaba ni en el ayuntamiento ni en la catedral. ¿Pérdida? ¿Desaparición intencionada y destrucción de ejemplares para impedir u obstaculizar el cobro de dicha contribución? Todo es posible.
Esta reedición tiene, pues, el gran valor de recuperar y difundir de forma apropiada el “plano perdido” de la ya extinta huerta de la ciudad de Valencia, sobre todo porque por vez primera vez desde 1695 se reproduce en su tamaño original. Y además se pone al alcance de estudiosos e interesados en desvelar nuestro pasado. La lectura del análisis detallado y documentado del profesor Faus Prieto –disponible en Internet- permitirá al estudioso conocer muchos detalles de su edición, contenido e influencia.
Germán Ramírez Aledón
Universitat de València/Societat Bibliográfica Valenciana “Jerònima Galés”
BIBLIOGRAFÍA
ABC. Así es el mapa de la Valencia de 1695 que Napoleón mandó buscar para invadir la ciudad. Edición digital de la Comunidad Valenciana. Valencia, 26 de marzo de 2014.
AIMEUR, Carlos. El plano perdido de Valencia que quería Napoleón. www.valenciaplaza.com Valencia, 27 de marzo de 2014.
FAUS PRIETO, Alfredo. El Plano de la Particular Contribución de Valencia de Francisco Antonio Cassaus (1695) y sus corolarios del Siglo XVIII. Cuadernos de Geografía. Número 86. Páginas 219-240. Valencia, 2009.
PALOP MARÍN, M. Breve reseña del sitio y toma de Valencia por el general Suchet (1812). Saitabi, revista de la Facultat de Geografia i Història. Universitat de València. Número 9. Fasciculos 39-42. Páginas 51-66. Valencia, 1953-
PARDO CAMACHO, Ricardo. La Guerra de la Independencia en la provincia de Castellón, 1812. Aula Militar “Bermúdez de Castro”. Castellón, 2009.
VALERO, P. El mapa que se ocultó a Napoleón. Diario Levante. Edición digital. Valencia, 27 de marzo de 2014.ñ