Una semana después de los actos organizados por Lumbini Garden Foundation en el Edificio del Reloj del Puerto de Valencia, nuevamente la fundación presidida por José Manuel Vilanova sigue siendo noticia en la capital del Turia. Esta vez, aunque el vínculo sigue siendo la paz y unión entre las diferentes creencias de la Tierra -cristianismo, judaísmo, islamismo y budismo- el entorno y el anfitrión cambian.
Del enclave marítimo la entidad «viaja» al centro histórico de València, pasando del Edificio del Reloj al Palacio de Malferit en la céntrica e histórica vía Carrer dels Cavallers 22. Sede de la Fundación Libertas 7 y del Museo L’Iber.
Alejandro Noguera también un acuerdo entre la Fundación Libertas 7 y Lumbini Garden Foundation. Un acto humanista y cargado del simbolismo de paz y entendimiento entre los líderes de las cuatro grandes creencias del planeta.
La pasada semana, concretamente los días 8 y 9, el Edificio del Reloj del Puerto de Valencia se convertía en el epicentro e icono nacional e internacional de la cultura y la fraternidad humanística y espiritual. En el emblemático centro se fundían por primera vez en un abrazo, bajo la mirada de la figura de Mahar Karuna Buda, las cuatro creencias de la humanidad: Cristianismo, Judaísmo, Islamismo y Budismo.
Esa unidad espiritual quedaba enmarcada en dos actos, uno civil y otro espiritual, organizados por Lumbini Garden Foundation y bajo la presencia de dos símbolos de humanidad y paz: la figura de Mahar Karuna Budha y el cuadro del pintor Antonio Camaró: Zéosis.
El Edificio del Reloj del Puerto de Valencia se convertía en un lugar cargado de simbolismo y de unión entre Oriente y Occidente por medio de la Fundación Lumbini Garden y la nueva obra de Camaró, que inundó el recinto con sus litografías entre los representantes institucionales, civiles y líderes espirituales de las cuatro religiones representadas en su nueva obra y que se dieron cita en el emblemático edificio y entorno al Mar Mediterráneo, crisol de culturas y punto neurálgico de la milenaria ruta marina de la seda, de la que a capital del Turia y su puerto han sido enclaves históricos.
Una semana después, Antonio Camaró y Lumbini Garden Foundation vuelven a reunir a los líderes de las cuatro creencias de la tierra y lo hacen en el corazón de Valencia, en el mismo centro histórico de la ciudad: en el Palacio de Malferit, situado en la Calle Cavallers 22, sede de la Fundación Libertas 7 y del Museo L’Iber, situado a escasos metros del Palau de la Generalitat.
El motivo de este nuevo encuentro, la presentación de la nueva obra de Camaró: Zéosis y dos acuerdos también históricos. El primero entre el pintor y la fundación Lumbini Garden. El segundo, el acuerdo de colaboración entre la fundación Libertas 7 y Lumbini Garden con la firma del acuerdo de colaboración entre sus dos representantes Alejandro Noguera, además de intelectual, escritor e historiador en representación de Libertas 7 y José Manuel Vilanova, presidente de Lumbini Garden Foundation.
Antonio Camaró vuelve activar su obra como respuesta a la parálisis que está suponiendo la segunda oleda provocada por la pandemia del Covid 19. De hecho, Camaró reivindica «con mayor fuerza todavía, la capacidad del ser humano por resistir y defender los valores éticos y la solidaridad entre la Humanidad para activar con nuestras propias respuestas y actitudes el compromiso social de cada persona frente a las vicisitudes de la vida».
Zéossis: Unión, paz y armonía
Antonio Camaró ha manifestado en la sede de la Fundación Libertas 7 y Museo de L’Iber que Zéosis es «un alegato de unión entre Oriente y Occidente y supone un jeroglífico de paz y armonía entre todas las cosmovisiones y culturas». El artista ha indicado que su nueva obra está repleta de «simbolismos que trascienden todas las separaciones, fronteras y límites, saltando las vallas de la barbarie y el horror que generan intransigencia y violencia».
En ese sentido, el artista ha dejado bien claro que en dicha obra reivindica «la esencia y lo común de todos los seres humanos. Ensalzo la persona en todas sus dimensiones y dejo constancia de una primavera holística y eterna del don de la vida. Evoco al ser evolucionado, profundo y reflexivo, cuya finalidad es la unión con lo divino, para atraer el cielo a la tierra y así transformar los desiertos en vergeles y ricos oasis. A través de esta obra persigo crear diálogos y bellos encuentros, que es la forma de eliminar los fundamentalismos, totalitarismos y dogmatismos, enriqueciéndonos de la grandeza de lo distinto y de lo plural que existe en el género humano. Esta obra es el deseo del ser perfecto, de verse en el otro, de entender que el otro soy yo, para así entre todos crear un mundo mejor, donde reine la armonía, el amor y el respeto entre todos nosotros». En definitiva, sentencia el pintor «Zéosis es una oda a la Humanidad».