VALENCIA OCULTA |Jacinto Benavente. El premio Nobel de Literatura de 1922, a quien la propaganda de Burgos había dado como fusilado en Madrid, se hallaba refugiado en Valencia, en un piso nº 9 de la calle de la Sangre de la ciudad de Valencia, desde el principio de la guerra y desde allí envió una carta para hacer constar
«mi adhesión a la de condena de la Sociedad de Autores contra la muerte de Garcia Lorca, que, por estar en Valencia, no había podido firmar. Jacinto Benavente
Y hasta el día 23 ABC no cayó en la cuenta de que el Ideal de Granada del día 20 había consignado el nombre de Garcia Lorca en la lista alfabética de «los
fusilados en el día de ayer (en realidad, anteayer]» («Otra confirmación del asesinato de Garcia Lorca», ABC, 23 de agosto de 1936).

La edición del ABC de Sevilla no informó nunca del fusilamiento de García E Lorca. La única mención fue un cínico comentario de Manuel Sánchez del Arco,
conocido periodista sevillano, con motivo de los desmentidos que hacia el ABC de Madrid, con hechos, declaraciones o fotografías, de las acusaciones periódicas del ABC sevillano sobre asesinatos de figuras literarias de ideologías derechistas. ABC republicano llevó a su portada la fotografía de los hermanos Joaquin y Serafin Alvarez Quintero y, en el interior, sus declaraciones de seguir vivos y con salud en Madrid, tras anunciar ABC de Sevilla su asesinato, provocando la consiguiente y profunda consternación en la sociedad sevillana, patria chica de los populares comediógrafos de Utrera. Y ante la publicación en ABC de Madrid de la carta de Jacinto Benavente, a quien también habían dado por asesinado, desde Valencia, sumándose a la protesta de la Sociedad de Autores por la muerte de Garcia Lorca Sánchez del Arco la puso en duda y aprovecho para referirse al poeta asesinado:
Insertan [Un periódico rojo] una supuesta carta de D. Jacinto Benavente, que dicen que está en Valencia. La insertan como habilidad en tomo a la muerte de García Lorca. Paz a este muerto.
En torno a Benavente advertimos un propósito de desorientar. Ojala viva, Seria estúpido entablar polémica sobre esto. Poco ha de vivir quien no averigüe y
compruebe la verdad. Lo que desde luego afirmamos es que la carta no parece de D. Jacinto. O está muy nervioso el autor de Santo Rusia, que es la obra que ahora recuerdan únicamente los periódicos rojos cuando para hacer ruido entremezclan los nombres de García Lorca -paz a su alma!-, y Benavente ¡gloria a él si esta vivo, y gloria a su memoria si cayó!,
Durante la Guerra Civil, Benavente permaneció primero en Madrid y luego en Valencia, donde las autoridades del Gobierno del Frente Popular le homenajearon repetidamente y donde llegó incluso a actuar en escena interpretando el papel de Crispín en Los intereses creados. Una vez terminado el conflicto, ello le creó serias dificultades, aunque él alegase repetidamente que sus tomas de posición le habían sido impuestas bajo amenaza de muerte.
Su actitud contradictoria le llevó a publicar en Valencia un artículo titulado Traidorzuelos en el que criticaba con ironía la huida de Carlos Arniches de España en 1936; sin embargo, pocos meses después pidió permiso a Juan Negrín para salir del país, que el entonces presidente del Gobierno le denegó por razones de preservación de la moral de la población.

Por su actitud cercana a la República, durante el franquismo de posguerra se llegó al curioso extremo de permitir la puesta en escena de sus obras pero sin indicar su nombre, que pasaba a ser «por el autor de La malquerida». Sin embargo, no ahorró demostraciones de adhesión al nuevo régimen en piezas como Lo increíble (1940), Aves y Pájaros (1941) y Abuelo y nieto (1941); es más, en Valencia subió a la tribuna presidencial para asistir al desfile de las tropas «nacionales» y su presencia en la plaza de Oriente de Madrid en la gran manifestación profranquista de 1947 —presencia abundantemente comentada y fotografiada en la prensa—, le congració el aprecio del régimen y terminó con el silencio oficial que la censura había impuesto sobre su persona y sus obras. En ese mismo año, además, recibió el premio Mariano de Cavia de periodismo por su artículo «Al dictado», publicado en ABC. Fue presidente, a título honorario, de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles durante el periodo de 1948 a 1954. Amigo de Mary Carrillo, fue padrino de Las Hurtado. Vivió sus últimos años con esta familia en Galapagar, y reposa en el cementerio de esta localidad española.

Fotos: Biblioteca Valenciana,