a Catedral de Valencia conserva diversas reliquias relacionadas con la pasión de Cristo, entre las que destaca el Santo Cáliz de la Última Cena así como dos de las espinas que entretejían la corona que le colocaron antes de la flagelación, corona de espinas que se conserva en Notre Dame de París y que ha podido ser salvada del incendio que ha devastado el templo francés.
De esta forma, la Seo valenciana custodia en su Museo dos de las setenta y dos espinas que formaban parte de la Corona de Cristo, venerada en la Catedral parisina de Notre Dame, ha confirmado Jaime Sancho, canónigo conservador del Patrimonio Artístico y director del Museo de la Catedral, donde pueden verse ambas espinas.
La Espina de San Luis “fue una de las primeras reliquias en entrar en la Catedral de Valencia, donada por el rey francés San Luis a su primo Jaime I, y durante un tiempo estuvo en el primer relicario, del siglo XIV, y posteriormente se trasladó al segundo, del siglo XIX”, ha añadido.
La otra Espina de San Luis se encuentra en el relicario Jaume Castelló, también expuesto en el Museo de la Catedral. En la parte superior está el relicario y en su interior se conserva esta segunda espina que posee la Seo de Valencia, también procedente de la Corona de San Luis de Francia que se conserva Notre Dame.
Además del Santo Cáliz y las espinas de San Luis, la Catedral de Valencia custodia dos fragmentos de la cruz de Cristo, un trozo de su túnica y un fragmento de la esponja con la que le dieron de beber vinagre.
Aunque de algunas “no se puede certificar su autenticidad al cien por cien, se puede decir que son reliquias históricas y veneradas durante siglos, que muestran la realidad de Cristo, que fue una persona real, histórica y las reliquias son sus huellas”, según Sancho, que defiende el “importante valor histórico de estas reliquias para Valencia”.
El Santo Cáliz de la Última Cena
El Santo Cáliz de la Última Cena que se custodia en la Catedral de Valencia “es una obra notable tanto desde el punto de vista religioso como arqueológico”. En realidad, la reliquia es la parte superior, que es una taza de ágata finamente pulida, que muestra vetas de colores cálidos cuando refracta la luz.
Se trata de una ´copa alejandrina` que los arqueólogos consideran de origen oriental y de los años 100 al 50 antes de Cristo, según las conclusiones del estudio del profesor Antonio Beltrán publicado en 1960 y titulado “El Santo Cáliz de la catedral de Valencia”.
Las tres partes que lo componen son la copa superior, el pie -un vaso ovalado e invertido- y la vara con su nudo, elemento de unión de las partes anteriores. Por su lado, son posteriores las asas y el pie de oro, que encierra una copa o “naveta” de alabastro, de arte islámico, diferente a la copa superior, y que son de época medieval.
Dos fragmentos de la Cruz
El Lignum Crucis, que se venera en la Capilla de San Pedro, es un fragmento de la Cruz de Cristo entregado por el papa Benedicto XIII al Rey Martín el Humano. Se encuentra en un relicario expuesto para su veneración en la Capilla de San Pedro.
Además, el Museo de la Catedral expone el Lignum Crucis de Constanza, una astilla de madera procedente de la Cruz de Jesús, que trajo a Valencia la emperatriz Constanza de Hohenstaufen, cuyos restos mortales descansan en la iglesia valenciana de San Juan del Hospital. La reliquia fue cedida a la Catedral en 1326 y su relicario está realizado en plata sobredorada y cincelada. Con esta Cruz se procede a la tradicional bendición del término municipal de Valencia, cada 3 de mayo.
Túnica, esponja y moneda de Judas
La Seo valentina custodia en la Capilla de las reliquias, en el interior de la sacristía mayor, un fragmento de la túnica de Cristo que se conserva en la Catedral de San Pedro, en la ciudad alemana de Tréveris. Es un retazo de 10 x 10 centímetros de tela negra de la túnica sin costuras donado por Alfonso V el Magnánimo.
También en la Capilla de las reliquias se conserva la moneda de Judas Iscariote, que se corresponde con la época de Jesucristo y que reproduce la letra S del alfabeto hebreo por una cara y el rostro de un rey, por la otra.
Además, el Museo de la Seo muestra el relicario de la esponja, reliquia perteneciente a los Reyes de Aragón. Se trata de una ampolla de cristal que contiene un fragmento de la esponja con la que, según la tradición, le dieron de beber vinagre a Jesús cuando estaba en la Cruz. La pieza data de los siglos XI o XII.