Falleras Mayores Infantiles
EL NACIMIENTO DE LA FIGURA DE LA FALLERA MAYOR INFANTIL DE VALENCIA
Corría el año 1935, cuando la denominada Peña“El Tabalet”, (Grupo que pretendía dar un punto de vista diferente a la fiesta fallera, colaborando en la misma, aportando ideas y patrocinio de las mismas), decidió organizar dos actos, que en un futuro tendrían gran trascendencia en la historia de las fallas.
El primero de ellos fue el de “La Exposición del Ninot Infantil” y el de elegir una “Belleza Fallera Infantil”. En la misma convocatoria podían participar niñas entre 3 y 12 años, que en un principio, serían elegidas por votación popular de entre los asistentes al acto de elección de las mismas. Pero más tarde la misma peña modificó el sistema de elección, siendo publicado en la populosa revista de la época: “Los Chicos”, con fecha 7 de diciembre de 1935:
“La peña Tabalet, deseosa de dar a la elección de la primera Fallera Infantil la máxima legalidad, ha acordado nombrar un jurado competente, integrado por prestigiosos artistas y representantes de la prensa valenciana. Recordamos a todos que este festival se celebrará el día 15, a las 3´45 de la tarde. La inscripción de las Bellezas puede hacerse todos los días, de seis y media a ocho de la noche, en la Peña el Tabalet (Ateneo Cultural, Pilar 20) hasta el 12 inclusive”
La elección de la Belleza Fallera Infantil, se celebró el 15 de diciembre de 1935 en la propia Sociedad Ateneo Cultural, con un gran programa que incluía la representación de “La Verbena del carrer”, un concierto de rondalla, el desfile ante el jurado de todas las candidatas, la lectura de poesías alusivas al acto y el canto de “Albaes”, con el disparo final de una gran traca.
Marcelita Cloquell, de cinco años de edad, sería la niña agraciada en la elección final junto a ella se nombraron varias damas de honor: Fina Aguado, Pepita Comas, Amparín Marín Meneu, Amparín Blanch, Isabel Negre, Consuelito Minan y Josefina Gracia.
El cargo de Marcelita Cloquell, como Fallera Mayor Infantil de Valencia, nunca sería reconocido por el Comité Fallero, (precedente de la Junta Central Fallera de Valencia), y por lo tanto no participó en ningún festejo oficial.
Transcurrida la contienda civil española, las comisiones falleras vuelven a surgir, agrupándose por primera vez bajo la denominación de “Junta Central Fallera”.
D. Armando Agramunt, sería el primer presidente de esta entidad y así en el año 1941, su hija Teresa Sacramento Agramunt Lillo, sería designada como, la primera Fallera Mayor de la historia, oficialmente.
Durante muchos años, este cargo recaería en hijas de personas vinculadas a la política, mundo empresarial y cargos nobiliarios, al igual que el resto de niñas que formaban la Corte de Honor.
Hasta el año 1980, que con la llegada de la época democrática y aperturista, es cuando por primera vez una niña resulta elegida democráticamente como representante del mundo infantil fallero, siendo Laura Carsí Vaello, la primera Fallera Mayor Infantil de la citada etapa.
Lolita Alfonso, la Fallera Mayor Infantil de Valencia huérfana que sustituyó a la nieta de Franco
En aquellos años, 1961, destronar a una nieta del Generalísimo no era cualquier cosa. Lolita Alfonso, salió de la Beneficencia, vestida de Fallera Mayor infantil de Valencia. Su fallera mayor fue Mª Victoria Lamo de Espinosa y Michels de Champourcin.
Este nombramiento fue diferente a los de los otros años, y particularmente con el del año anterior, ya que Lolita es una niña huérfana, acogida en la Casa de la Beneficencia y la Diputación se comprometió a pagarle los estudios que Lolita quisiera realizar.
Sucedió en el trono de la representación de todas las niñas falleras de Valencia, a Mª Carmen Martínez-Bordiu Franco, y es algo digno de ser recordado, la presentación de las Falleras se celebraba en el Teatro Principal de la ciudad, y aunque habitualmente imponía la banda a las falleras mayores el Sr. Alcalde la ciudad D. Alfonso Rincón de Arellano, este año le impuso la banda a Lolita, la nieta de Franco.
En la Beneficencia junto a todas las niñas acogidas asistió la nieta del Generalísimo a una chocolatá. La hija del marqués de Villaverde tuvo un detalle generoso con su sucesora la nueva Fallera infantiles de Valencia, pues le obsequió a Lolita Alfonso una libreta de ahorros con treinta mil pesetas.
1961, 8 de marzo: llega al puerto de Valencia el I Barco Fallero de América a bordo del trasatlántico Cabo San Roque,con trescientos cincuenta y cinco emigrantes valencianos procedentes de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, que fueron recibidos en el Grao por miles de valencianos. Años marcados por los acontecimientos de los Barcos falleros, los trenes falleros, los concursos de escaparates, y tantas y tantas cosas que son recuerdos en la historia del siglo XX Valenciano.
Fueron ciento sesenta y cinco fallas las plantadas en Valencia aquel año, el premio especial fue para Convento Jerusalén, del artista Vicente Luna. El ninot Indultat el de la falla Ferroviaria, de la Estación del Norte que representaba una familia numerosa.
La Ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados ese año se va consolidando, duró seis horas y participaron diecisiete mil personas entre falleras, falleros y músicos, fue muy brillante, Lolita Alfonso la recuerda con lágrimas en los ojos.
La noticia del nombramiento de Lolita fue recibida con gran alegría por la prensa y los valencianos, convirtiéndose esta hasta entonces anónima niña en una celebridad seguida por la prensa. El público le dio su cariño durante su reinado, pero además recibió una gran ayuda económica para sus estudios. La propia fallera mayor infantil saliente, Carmen Martínez Bordiú, le entregó una cartilla con 30.000 pesetas (unos 180 euros) con ese objetivo, al igual que instituciones como el Valencia C.F. (que le donó 15.000 pesetas, 90 euros de los actuales), el Ateneo Mercantil y algunos bancos, además de la Diputación de València, organismo del dependía la Beneficiencia. Por cierto que fue la propia nieta de Franco quien le impuso la banda de fallera mayor infantil durante su presentación, rompiendo la norma de que lo hiciera el alcalde.
Lo primero que tuvo que hacer Lolita Alfonso una vez notificado el cargo, fue curiosamente informarse bien de lo que eran las Fallas. En efecto, nunca la había visto esta fiesta (en Silla aún no se celebraba), así que tuvieron que mostrárselo a través del No-Do, el noticiario cinematográfico oficial del régimen. También le enseñaron modales y a firmar dedicatorias, como preparación para un año que fue muy feliz para ella y en el que hubo acontecimientos como la llegada del primer barco fallero, que trajo 355 emigrantes valencianos desde Argentina, Brasil, Chile y Uruguay.
A esta niña huérfana la vida le cambió completamente, y sin saberse la razón porque el motivo de haber sido ella la elegida sigue siendo un misterio. Al año de acabar el reinado, sus hermanos la sacaron de la Beneficiencia y pasó a ser alumna de las Madres Escolapias, para después estudiar secretariado en el Instituto Social de la Mujer. Y el mundo fallero no la ha olvidado, ya que en 1971 fue una componente de la corte de honor de la fallera mayor de València, Lourdes Pascual Navarro; en 2011 recibió dos homenajes, uno en su Silla natal y otro de la Falla Na Jordana; y además participó en 2014 en el encuentro de falleras mayores realizado dentro del 75º aniversario de Junta Central Fallera y en una charla organizada por la Falla Pedro Cabanes-Juan XXIII.
Desde la humildad y sencillez de la Casa de Beneficencia, salió la niña que fue Fallera Mayor infantil de Valencia, pero paradójicamente de allí salió la fallera que destronó a la nieta de Franco.
Lolita y su familia, su hermano Antonio y sus familiares cercanos lo cuentan con lágrimas en los ojos. Lolita Alfonso, guarda parte de aquel traje, la falda, el corpiño se perdió en una tintoreria, guarda toda la ilusión y recuerda con nostalgia ser la Fallera Mayor infantil.
Es muy bonito tener el recuerdo con nuestras mujeres, con nuestras niñas y aunque hoy es un reto llegar al final entre preselección y selección, el mayor reto de la historia es que una niña como Lolita Alfonso llegara a ser la niña que representara a todas las Falleras de Valencia en aquellos difíciles años, años que pasaran a la historia de la vida y la historia de los pueblos.
Bibliografía:
– “Los Chicos”. Diciembre de 1935
– “Falles Infantils, juego o tradición”, Joan Castelló, M. Sanchis, Hernàn Mir Serrano, Ajuntament de Valencia, 2001.