San José, el carpintero, padre putativo de Jesús, es el patrón de las Fallas de Valencia, las que este año no han sido plantadas, por mor del coronavirus. Sobre la ciudad de Valenciatodos los marzos se dejan caer el millón de personas para contemplar y admirar estas difíciles de explicar fiestas falleras,donde los valencianos tiran la casa por la ventana.
Según un escrito de Baltasar Bueno, fue el fraile dominico Vicente Ferrer quien en el siglo XV fomentó por libre la devoción al casto esposo de la Virgen. Puso de moda el santo y fueron muchos los bautizados con su nombre, costumbre que de manera singular sigue vigente dio en la región valenciana llena de José, José Marías, Pepes, Pepitos, Pepitas y Josefinas.
El Gremio de Carpinteros, potente en aquella época, haciéndole caso, le declaró en 1497 protector y patrono del oficio. La popularidad de san José llegó al extremo de que el Consell de la Ciutat solicitara al arzobispo (san) Juan de Riberalo declarase también patrón y protector especial de la ciudad, hecho que ocurrió en 1609.

Años después, en 1621, Roma a remolque del exterior, Valencia sobre todo, se animó e instituyó oficialmente la fiesta de san José en la liturgia católica. Poco caso le habían hecho hasta entonces. Luego le llegaron los honores con el Carmelo Descalzo que lo presentan siempre con corona- y hasta los Siete Domingos de san José, por influencia de santa Teresa de Jesús, fundadora de la Orden Carmelitana, que promocionó su devoción entre los cenobios a su cargo.
El investigadorJesús Villalmanzo Cameno, que tiene un interesante estudio sobre las Ordenanzas del Gremio de Carpinteros de Valencia, sitúa el origen de patronazgo josefino sobreel Gremi de Fusters en el convento de religiosas Carmelitas de la Encarnación, situado a pocos metros de su sede gremial, aún existente, en el barrio de Velluters, donde se veneraba al santo. Con el nuevo patrono, quedó desplazado el antiguo, san Lucas.
Villalmanzo ha encontrado documentación que remite en 1740 a la plantà de una Falla, una gran hoguera, delante de la Casa Gremial, integrada por la respetable cantidad de tres quintales de leña, en la noche de san José, patrón del Gremi de Fusters. El Marqués de Cruilles, erudito de las cosas y costumbres de la ciudad, habla de que se aprovechaba la hoguera de los residuos de la madera trabajada en los talleres, los cuales quemaban al palo o “stay”, que sostenía la antorcha iluminadora de las largas veladas de trabajo en el invierno, al no hacer más falta por alargar el día en pasando el de san Matías en lo último de febrero.
Así fueron cristianizadas las primitivas y ancestrales hogueras equinocciales de primavera, en nuestro caso, advocadas a san José, tanto tiempo olvidado por la Iglesia en su catálogo litúrgico y devocional. Las Fallas en la cartelería de su promoción eran anunciadas hasta hace pocos años como Fallas de san José.
Luego las propias Fallas se olvidaron de él, lo borraron y descolgaron, aunque siguieron manteniendo una reducida ofrenda floral en el puente de su nombre.Del olvido se percató Carlos Osoro siendo arzobispo de Valencia e hizo que en la plaza de la Virgen durante la Ofrenda de Flores a Ella, frente por frente, estuviera presente una pequeña imagen de san José dentro de una vitrina, asistiendo desde su humilde posición al espectacular y masivo acto de la ofrenda a su esposa María.
San José, Valencia y las fallas
En Valencia, históricamente el patrón de los carpinteros era San Lucas. No obstante en 1497, el ‘Gremi de fusters’ solicitó el cambio de patronazgo, pasando a estar protegido bajo la advocación de San José, merced a la autorización del rey Fernando el Católico. Fue este el primer paso para la indisolubilidad de la tríada San José-fallas-Valencia. Esta comenzó a marcarse a fuego, nunca mejor dicho, en 1609, gracias al sevillano de nacimiento pero valenciano de corazón, el arzobispo y virrey de Valencia San Juan de Ribera. El mismo año en que el Patriarca impulsaba la expulsión de los moriscos de nuestro territorio, compuso una particular misa en honor a San José. El rito lo incluyó en el misal suplementario de la diócesis que dirigía, la valenciana, ubicando al padre del Hijo en una jerarquía similar a la de los otros tres patronos de la ciudad, San Vicente Mártir, San Vicente Ferrer y el Ángel Custodio. En este contexto de exaltación de la figura de San José vinculada a los ‘fusters’ en la ciudad de Valencia nacerían las Fallas
Como es sabido, los carpinteros empleaban durante el invierno una suerte de perchero leñoso cuyos brazos sujetaban los candiles para obtener la iluminación precisa en los días más cortos del año. Aquel humilde y efímero ‘estai’ (así aparece en la documentación) sólo se empleaba desde San Miguel hasta San José, cuando se quemaba en la fiesta de su patrón, coincidiendo con el adiós al invierno y por consiguiente, con la independencia funcional de aquel armatoste. Cada 19 de marzo, dado su nulo valor, el ‘estai’ era pasto de las llamas. Paulatinamente, los vecinos aprovecharían esa hoguera para deshacerse de los útiles obsoletos, no sin antes dar rienda suelta a su imaginación, adornando con harapos y cacharros sus ya inservibles enseres. Como muestran antiguos grabados, se elaboraron también figuras antropomorfas, evocando a buen seguro a algún vecino de conducta reprobable. Eran los primeros ‘ninots’. Las fallas eran ya una realidad. Y San José su patrón. Por si quedaba alguna duda, primero el gremio de ‘fusters’ y más tarde la Junta Central Fallera (creada en la primera mitad del pasado siglo), asumieron el desarrollo de la misa de San José. Reflejo de aquel estrecho lazo es la escultura de Octavio Vicent representando a San José en el puente homónimo de nuestra ciudad, donde podemos leer «Las fallas a su santo patrón». Por cierto, allí aparece mucho más joven y apuesto de lo que se presuponía en los primeros siglos de la cristiandad. El actual patrón de los falleros tiene un ulterior motivo de felicidad, el ‘abecedari artesà» de Convento Jerusalén-Matemático Marzal es todo un implícito homenaje a su primigenio patronazgo.
Ofrenda floral a la imagen de su patrón en el puente de San José.
Este tradicional acto, que se viene realizando desde el año 1961, El día 19 de marzo de 1951 fue una fecha feliz para el mundo fallero, pero más aún para los entusiastas y dinámicos falleros de la comisión Doctor Olóriz- Arzobispo Fabián y Fuero. Tras la petición ante Junta Central Fallera, y a su presidente por aquel entonces, Adolfo Cámara Vila, falleros y amigos del popular Barrio de Marxalenes, conseguían, erigir un monumento en honor al Patriarca San José en el puente que sobre el río Túria lleva su nombre en Valencia. El monumento, hoy ya sexagenario, fue costeado por suscripción popular de manera particular por el amplio mundo fallero.
Ese día, el acto adquirió una gran relevancia y solemnidad, ya que acudieron autoridades como el Ministro de Educación del momento, José Ibáñez Martín, el alcalde de Valencia, José Manglano Selva, la Fallera Mayor de Valencia, Pilar Ibáñez Martín-Mellado, la Fallera Mayor Infantil de Valencia, Encarnación Selva Adrién, y por supuesto, la Reina del Barrio, la Fallera Mayor de Doctor Olóriz- Arzobispo Fabián y Fuero, Maruja Peiró Lázaro, todas bien arropadas por sus Cortes de Honor, y que fueron las madrinas del acto.
Más de 20 iglesias de la diócesis de Valencia están dedicadas a San José
La archidiócesis de Valencia cuenta en la actualidad con un total de 24 iglesias dedicadas a San José cuya festividad se celebra mañana, martes. No obstante, el número total se eleva a 29 con los templos y ermitas dedicados a otras advocaciones del santo, como “San José Obrero” y “San José Artesano” que se celebran el primero de mayo.
Igualmente, la localidad valenciana de Alginet es la única de la diócesis que venera a San José como patrón de la población, según ha indicado a la agencia AVAN Andrés de Sales Ferri, director del Archivo diocesano de Religiosidad Popular.
La iglesia del Patriarca San José y la parroquia de San José Artesano son los templos dedicados al santo en la ciudad de Valencia, mientras que en su área metropolitana se encuentra la iglesia de San José de El Saler. En el resto de la provincia tienen templos dedicados al santo de las localidades de Torrent, Gandía, Ontinyent, Puerto de Sagunto, Moncada, Carlet, Tavernes de la Valldigna, Pobla de Farnals y Cofrentes.
Las localidades de Alcoi, Algemesí, Burjassot y Silla veneran a San José Obrero, mientras que en la iglesia de Las Ventas de la Pobla de Vallbona, el esposo de la Virgen María comparte advocación con la Santísima Trinidad.
Igualmente, la devoción al patrón de los carpinteros se extiende a lo largo de pequeños núcleos de población en toda la diócesis. Así, existen ermitas e iglesias dedicadas a él en Alcocer de Planes, Benichembla, Benisuera, Casas de Utiel, Catamarruch, Cuevarruz, Els Poblets (Miraflor), Losilla de Aras, Millena, Las Nogueras, La Portera y Villar de Tejas, según Ferri.
San José, un santo marcado a fuego entre los valencianos | Las Provincias
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